La Ocde y el cambio educativo que se avecina
José Velasco Toro | Tiempo de Veracruz | enero 7, 2011 at 2:56 PMPor: José Velasco Toro
El 4 y 5 de noviembre de 2010, se reunieron los ministros de educación de los países pertenecientes a la OCDE. En esa reunión celebrada en París, participó el Secretario de Educación de México, Alonso Lujambio. La preocupación de los países miembros es la urgencia de replantear el sistema educativo mundial para reencauzarlo hacia la inversión en capital humano y social. Las reflexiones y propuestas giraron en torno a cuatro temas: 1) Buscar alternativas para contrarrestar los efectos de la crisis económica dentro del sector educativo; 2) Reencausar las competencias de aprendizaje hacia las nuevas necesidades sociales; 3) Reforzar la eficacia de la enseñanza del siglo XXI; 4) Optimizar los compromisos sociales de la educación.
Se parte del principio de que la educación es un bien público y es fundamental para sostener el progreso social. Por tanto, para lograrlo se requiere incrementar la inversión educativa y darle atención permanente para asegurar la prosperidad de la sociedad. Por ello, se concluyó, no se puede permanecer al margen del potencial humano y es necesario incentivar la formación a lo largo de la vida, centrando la enseñanza en el desarrollo de competencias fundamentales. Para alcanzar ese objetivo, se sostiene la necesidad de acelerar reformas que permitan reforzar la eficacia y la eficiencia de la enseñanza mediante la innovación y la evaluación.
La tesis que se sostiene, es adaptar las competencias a las nuevas necesidades sociales, lo que implica transformar el sistema de enseñanza y reeducar al docente para reenfocar las competencias profesionales y las competencias generales, hacia el espíritu de indagación, la creatividad y el sentido de la comunicación que se adquiere fuera de la escuela. Se trata, en pocas palabras, de que el sujeto sepa responder al cambio de competencias sobre la marcha del trabajo que realiza.
¿En qué piensan los Estados miembros de la OCDE para lograrlo? Se proponen dos acciones estratégicas: 1) Establecer sólida alianza entre el poder público, las empresas y los actores sociales para movilizar el aprendizaje hacia la innovación y reunir los recursos para que el aprendizaje a lo largo de la vida sea una realidad, 2) Anticipar la evolución futura de la innovación en el trabajo para desarrollar la creatividad y la confianza.
Acciones estratégicas que, en un mundo que deviene complejo, implica realizar cambios profundos que deberán enfrentarse, con decisión y fortaleza política, ante estructuras cosificadas y actitudes reaccionarias que frenan la transformación educativa. ¿Por qué decimos esto? Simple y sencillamente, porque es un giro hacia la pedagogía de la complejidad que radica en el entretejido de la diversificación transversal de los aprendizajes, en la confrontación de enseñantes y aprendientes con los grandes temas de conocimiento y en la generación del desarrollo autónomo de competencias cognitivas y no cognitivas para la creatividad con miras a la solución de problemas y el desarrollo del trabajo colaborativo en equipo.
Aspecto que se vislumbra fundamental, no sólo es la formación en el transcurso del empleo y el impulso al trabajo en equipo, tanto fuera como dentro de los establecimientos escolares y entre los responsables, lo que significativamente representa un cambio hacia la sensibilidad social de la educación, el aprendizaje autónomo en el aprendiente y un giro en el rol del educador de enseñante repetidor a enseñante generador de conocimiento.
La cuestión que se plantea para México es ¿hasta dónde el gobierno federal está dispuesto a enfrentar las anquilosadas estructuras educativas para retomar los beneficios sociales de la educación y engendrar un capital humano y un capital social que responda con resultados al empleo, la ciudadanización y la interacción política? ¿Cómo va a solucionar la urgencia de reeducar al educador para que sea propiciador de conocimiento y no mero repetidor de información programada? ¿Cómo superar la ignorancia de conocimiento científico y humanístico pertinente y actual en los docentes? Preguntas, a las que se pueden sumar muchas más, que deben motivar a la reflexión seria, comprometida y con visión de futuro.