Con un evento al día tengo

DIARIO ÍNTIMO

Por Atticuss Licona

Nos quedamos (según me parece y según tuvo a bien recordármelo mi amigo Jorge Mortera) en que mi esposa no me hablaba. Al buen Jorge Mortera me lo encontré este domingo en el evento de la toma de protesta de Héctor Yunes Landa como Presidente del PRI Estatal, evento al que, por cierto, fui de muy mala gana. Él estaba sentadote en su silla del presidium, y yo, tropa al fin y al cabo, perdido entre la concurrencia que crecía como tsunami japonés. Que ¿cómo le hicimos para comunicarnos? Fácil, teléfono a teléfono nos la pasamos texteando gratamente en una parodia chamacos de secundaria mandándonos mensajitos en los que criticábamos a quien se dejara.

En uno de esos mensajes salió a relucir mi situación marital, la cual tuve que explicarle ampliamente con un pensadísimo: pppsss, ahí va!

Resulta -recordemos- que mi señora se me puso rejega porque el Paco se me andaba ahogando la semana pasada y pues yo qué culpa. El caso es que no sé si fue para no verme parte del domingo o de plano porque no soporta que me quede a calentar mi camota, pero me dio el sabanazo matutino y me sacó de la cama para que me apercibiera en el Consejo Político Estatal del PRI. Que ¿cómo se enteró que había Consejo Político? Ni idea, pero ella sabía que había evento y me mandó con un méndigo chococrispis en el estómago y la consigna que me fuera a hacer menso entre los políticos.

Realmente odio con odio jarocho esos eventos. Odio las peloteras, los empujones y a veces, sólo a veces, me divierto. Este evento, por cierto, fue uno de esos divertidos, en parte por la pachanga que traíamos el Presidente de la Fundación México Nuevo (el arriba nombrado Jorge Mortera) y la actitud de anarquía en que me planté. Como ¿cuál? Por ejemplo, cuando Elvia Ruiz Cesáreo preguntó a la concurrencia si se dispensaba la lectura del acta anterior todo mundo alzó la mano y dijo que sí… yo dije que no, levantando risillas tímidas a los vecinos. Cuando propusieron a Héctor Yunes y Ericka Ayala y pidieron que quien estuviera a favor levantara la mano, lancé un “ay sí, ni modo que alguien se oponga”, y nuevamente el jijijiji, jajajaja, jejejejeje, del respetable.

En sí lo curioso fue comprobar que toda esa parafernalia disfrazada de Consejo Político no es más que un simple formalismo para validar decisiones ya tomadas. Vaya, hasta los boletines de prensa previos fueron de risa, pues en ellos decían que “sonaban Héctor y Ericka para Presidente y Secretario General”. Omaigod! Habrase visto tanta simulación.

Ya medio relajado me esperé hasta el final del Consejo y perdí el tiempo en los alrededores del Teatro del Estado esperando la hora en que mi señora saliera de la iglesia con mis tlacoyos. Cumplido mi cometido y cumplida la hora, pasaron por mi y ya perdonado nos fuimos a comer y a celebrar el día de la familia. Algunos conocidos me invitaban al Parque Natura a seguir el güateque político pero no, definitivamente no… un evento político al día es mi límite.

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Atticuss Fco. Licona
Director de www.politicaaldia.com