Ilamatlán y la educación superior
Guillermo H. Zúñiga Martínez | Tiempo de Veracruz | marzo 12, 2011 at 12:16 AMPor: Guillermo H. Zúñiga Martínez
El escenario era muy bello. El Presidente Municipal, Raúl Mendoza Martínez, solicitó la explanada de la escuela secundaria del lugar. Allí se encontraban hombres y mujeres provenientes de diferentes comunidades de Ilamatlán; todo se conjugaba para dar la impresión de un ambiente de fiesta cultural. El Director de la Licenciatura en Derecho y Coordinador de la de Contabilidad, hablaba emocionado por la presencia de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, que nace para ser del pueblo y para el pueblo, y señalaba que, a partir de aquel momento, esa población marginada, ubicada en los límites con el Estado de Hidalgo, va a tener nuevas inquietudes y preocupaciones de carácter cultural y técnico porque veintisiete alumnos se atrevieron a desafiar las dificultades y los pormenores que entraña el estudio asistido por sí mismos; es obvio que los asesores solidarios que impartirán cátedra están deseosos de hacerlo con las armas del conocimiento, pero lo fundamental -les expresaba a los integrantes de la colectividad estudiantil- será la autorresponsabilidad que demuestren todos los días para profundizar en su aprendizaje y alcanzar las metas que se han forjado.
Es realmente sorprendente observar, palpar y aquilatar el interés inusitado que demuestran indígenas por acceder a una institución de carácter superior porque, a decir verdad, no poseen los recursos económicos para desplazarse hasta los centros donde se hallan las instituciones forjadoras de profesionales dado que tendrían que trasladarse hacia Tulancingo o Pachuca, otros al Distrito Federal, y contar con holgura pecuniaria para llegar a Xalapa o a las ciudades donde pudieran lograr su formación, pues de lo contrario están destinados a permanecer en la ignorancia y el olvido.
Recuerdo muy bien los paisajes bucólicos que se aprecian en el trayecto de Naranjal hacia este municipio o, también, por el camino de Zontecomatlán para visitar la comunidad de Xoxojapa y llegar a estas alturas, donde las casas están ubicadas entre cerros sobresaliendo de los verdes que ofrecen sus pendientes, las cuales dificultan la agricultura tecnificada, por lo que tienen que hacer sacrificios inauditos para arrancar los productos a la madre tierra y vivir de su esfuerzo.
Cuando concluyó la ceremonia, me comunicó el Alcalde que se iba a servir zacahuil para todos los invitados y que no me moviera del lugar que me habían asignado porque allí mismo procederíamos a degustarlo, así lo hicimos porque realmente lo preparan muy sabroso; frente a mis ojos estaban las pequeñas chozas de los habitantes de Ilamatlán, desperdigados, hiriendo los cerros para poder sentar las bases de sus hogares, y se me ocurrió preguntarle cómo le hacían para obtener agua y la respuesta fue contundente: “-Tienen que buscarla en algún nacimiento lejano o en depósitos de agua pluvial, porque desde hace tiempo esta cabecera municipal carece de tan indispensable líquido”. Al inquirirle sobre las dificultades que confrontaban para dotar a la población de la que requiere, me dijo que era un problema de sesenta millones de pesos, que es lo que solicita la Comisión Federal de Electricidad para instalar una nueva línea con la suficiente potencia para bombearla y que posiblemente para el mes de mayo esté concluido el proyecto, para lo cual tiene que buscar la manera de financiarlo a fin de hacer la vida menos difícil en esa hermosa comunidad. Éstos son los proyectos que deberían tener un generoso apoyo por múltiples motivos y el principal de ellos, por la salud del pueblo.
Al dirigirme a los alumnos tuve la oportunidad de improvisar una clase durante el acto y da gusto la manera, la forma en que responden con gran claridad ante las materias que se les están impartiendo; las respuestas que recibí de todos ellos las llevo grabadas en mi memoria.
Al preguntarles si se sentían capaces de subir los peldaños que representa el reencuentro con el conocimiento, plenos de entusiasmo y en coro expresaron: “¡Somos inteligentes, somos capaces y vamos a demostrarlo cuantas veces sea necesario!”, razones por las cuales la nueva Universidad Popular Autónoma de Veracruz, creada por el doctor Javier Duarte de Ochoa, está destinada a ser un medio formidable para culturizar a los habitantes de las poblaciones más marginadas de la entidad.
En el acto de referencia sobresalieron las intervenciones de José Antonio Cifuentes Rocha, Arturo Pérez Pérez y el mensaje de un viejo amigo mío, Melesio Hernández Martínez; por los alumnos, con transparencia y sencillez, se manifestó Antonia del Ángel Hernández, quien reflejaba gran satisfacción por estas nuevas oportunidades que se están brindando para que transformen su existencia.