Los bucaneros por el sureste
Jorge E. Lara de la Fraga | Tiempo de Veracruz | marzo 16, 2011 at 11:18 PMESPACIO CIUDADANO
Por: Jorge E. Lara de la Fraga.
“No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños…” M. Benedetti.
En las vísperas de la celebración del 49 aniversario del egreso de la BENV, un grupo de entusiastas docentes jubilados de la generación normalista “Piratas” (1957-1962) efectuamos una singular excursión por el Estado de Chiapas. Tal travesía ecológica y cultural se llevó al cabo del 21 al 26 de febrero de este 2011; se tuvo acercamiento y se obtuvieron vivencias con lugares como Chiapa de Corzo, Cañón del Sumidero, San Cristóbal de las Casas, San Juan Chamula y Zinacantán, para después proseguir con Cascadas de Chiflón, Lagunas de Montebello, Cascadas de Agua Azul y culminar con visitas a recintos prehispánicos mayas como Bonampak, Yaxchilán y Palenque. La alegría, “la energía de la experiencia” y el compañerismo que prevaleció entre los integrantes mitigó en buena medida los esfuerzos y desgastes físicos del ambicioso recorrido por una de las regiones más bellas de la República.
Sin poder hacer una minuciosa narración de ese periplo de los “atrevidos corsarios”, en razón del espacio disponible, puedo decirles que Chiapa de Corzo es una localidad situada a orillas del río Grijalva; en un tiempo fue capital del Estado y en su plaza principal es digna de admirarse la Fuente Mudéjar construida en 1562. Cerca de ahí está el Cañón del Sumidero, belleza natural con acantilados que rebasan los 800 metros y por donde transitan veloces lanchas de turistas. En esa ruta, hacía los altos de Chiapas, se localiza la población de San Cristóbal de las Casas, sitio de especial belleza que tiene una temperatura templada y moradas coloniales; en esa localidad de importancia comercial, política y turística es menester tener contacto con la Plaza Central, con la Catedral, el Palacio Municipal, los templos religiosos y los museos diversos. Su nombre o denominación es efecto de que el fraile Bartolomé de la Casas ejerció en ese lugar una significativa labor humanitaria a favor de los indígenas.
Hay que enfatizarlo. Los docentes de la tercera edad y sus familiares se crecieron al castigo. Después de conocer o reconocer los atractivos de San Cristóbal, proyectaron sus pasos hacia San Juan Chamula, Zinacantán, Cascadas de El Chiflón, Lagunas de Montebello y Cascadas de Agua Azul, donde se maravillaron de los ritos religiosos sincréticos, de las artesanías, gastronomías regionales y de la indumentaria vistosa de los pobladores, sin dejar de lado que por esos lares conviven habitantes tzotziles, tojolabales y tzentales, en medio de recintos feraces, con una variedad de fauna y de flora que ya desearían los connacionales de otras partes de nuestro país. Hay que dejar anotado que de esas lagunas de Montebello, casi en la frontera con Guatemala, existen más de 50 lagos vinculados por corrientes submarinas y que en el pretérito fueron antiguos cenotes.
En la última fase de la travesía, ese contingente de veracruzanos pudimos percatarnos de la importancia de 3 lugares de la cultura maya. En primer término les externo que Yaxchilán o recinto de las “piedras verdes” se ubica a orillas del río Usumacinta, casi en colindancia con Guatemala, envuelto en la selva y “alertado” por los cantos de aves y por aullidos de saraguato; cuenta con 120 edificios y entre sus monumentos destacan la Gran Plaza, el Templo Rojo y la Gran Acrópolís. Por otra parte, Bonampak es un sitio de menores dimensiones y su importancia radica en el Templo de las Pinturas, que es un referente gráfico localizado en 3 cuartos con un área de 112 metros cuadrados de pintura mural.
Para culminar la reseña del viaje, indico que Palenque es una de las principales ciudades mayas y su esplendor máximo fue durante el reinado del soberano Pakal II o Escudo Solar, quien gobernó entre 615 y 683 de nuestra era. Sus edificaciones sobresalientes son: el Templo de las Inscripciones, el Palacio, el Templo de la Calavera, el Templo de la Reina Roja, Grupo de las Cruces, Templo del Sol y Templo del Conde. Retornamos a Xalapa cansados pero satisfechos; ojalá muchos amigos y conocidos pudiera admirar nuestros antecedentes y nuestras bellezas naturales, para proceder vigorosamente en defensa del patrimonio común.