POLÍTICOS SECUESTRADORES

César Augusto Vázquez Chagoya | Tiempo de Veracruz | abril 6, 2011 at 1:33 PM

César Augusto Vázquez Chagoya
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6 de ABRIL de 2011

En los siguientes datos que daré a conocer, me apegaré a que tengo el derecho a proteger mis fuentes; si no, me atengo las consecuencias legales. Hemos conocido toda clase de delincuentes, pero que políticos veracruzanos estén secuestrando a otros políticos que hayan apoyado económicamente al gobernador Javier Duarte de Ochoa, nunca.

Existe una lista secreta que sólo fue manejada por pocas manos. El entonces candidato al tricolor cenaba, comía, desayunaba con ellos para agenciarse fondos para su campaña. Los donadores daban cuentas bancarias o depositaban donde se les pedían. Ganó Duarte.

Un grupo de políticos resentidos hizo una lista de los que repetirían en el nuevo gobierno a espaldas del nuevo gobernador y también les sacaron dinero. A fines del pasado sexenio, empresarios correteaban a Fidel Herrera para que se les pagara sus adeudos, pero no había dinero con qué liquidar, asegurándoles que se le pagaría en el gobierno de Duarte; solamente que estos empresarios hicieron obras sin contratos, sin licitaciones y no pueden reclamar nada de ciento de millones de pesos.

Políticos cercanos a Fidelidad se quedaron resentidos con Herrera Beltrán por no haberlos postulado en cargos mejores: en fin, políticos sin llenaderas, pegados por años al presupuesto estatal.

La envidia natural que causó la postulación de Javier Duarte, que se brincó varias generaciones de políticos (por ser nuevo y carecer de méritos para el cargo, según sus detractores), llevó a muchos políticos profesionales ayudar al candidato opositor Miguel Ángel Yunes Linares, no sólo con contactos, sino con información salida desde el corazón del Palacio de Gobierno.

Pese a todos los malquerientes, trampas, traiciones, Javier Duarte de Ochoa ganó las elecciones.

Eso no fue lo peor para sus envidiosos, sino que puso el gabinete a su modo, por lo que dejó afuera a los que habían pagado para seguir en los mismos cargos, extorsionando. Vino también la molestia de rechazar a los que le confesaban que Fidel les había prometido tal o cual cosa, pero firme los rechazaba.

Le llegaron políticos y empresarios de todos los ramos a pedirles obras y con palabras acomedidas les decía que no era el ramo del solicitante, entre ellos periodistas. La prioridad era poner orden en el gobierno, cosa que no les gustó a muchos funcionarios porque mientras más desorden existe, más se puede robar.

La frase lapidaria “SE ACABÓ EL DIEZMO” puso a muchos de mal humor: tanto al que daba los contratos, como a los solicitantes de obras y servicios.

Desde que tomó posesión Javier Duarte de Ochoa, grupos de políticos resentidos (donde meten hasta jefes policiacos) empezaron hablar que harían caer al “chamaco” del poder en el primer enfrentamiento con campesinos o una organización social.

En este plan le entró lo hablador y saboteador de siempre.

Los que se decían aliados de Javier, se la pasan realizando giras por todo el estado hablando mal del gobernador entre la clase política priísta, pero ya inventaron un juego más perverso para hacerle daño y a la vez tener dinero: organizaron a un grupo de mercenarios de fuera del estado, quienes están secuestrando y sacando dinero a todo el que apoyara económicamente a Javier Duarte.

Esto tenía dos meses de venir sucediendo, pero lo que dio a conocer la pista fue el secuestro del político, agricultor y ganadero Valentín Casas, en Cardel, en el centro del estado.

El cruce de información se incrementó porque Don Valentín es una persona muy estimada en todo el estado. Se les preguntó a los grupos de “malosos” y negaron que fueran ellos, por lo que también se dedicaron a buscar a los mercenarios porque los suplantan y se están metiendo exclusivamente con la clase política para que, estos siendo extorsionados, maldigan al gobernador y anden pregonando que están peor que en los tiempos de Fidel.

En pocas palabras, quieren que el gobernador se quede solo y los grupos de priístas resentidos los arropen.

Los que están secuestrando a los políticos jarochos no son cualquiera. Andan en lujosos vehículos, visten bien, no son agresivos con sus víctimas, pero llama la atención que traen información que sólo se conoce en el gobierno del estado.

También llama la atención que traen consigo aparatos de última generación en comunicaciones. Hasta el momento no se les ha encontrado una casa de seguridad, por lo que se supone que radican en un estado cercano para entrar y salir rápido del estado.

Con la impunidad que se mueven, no los detecta ni la policía ni el crimen organizado, por lo que pueden traer credenciales o carros oficiales clonados.

Los ataques a los donadores de Javier Duarte no provienen de afuera. Los intelectuales están aquí, comen del gobierno y cínicos que tienen cara para verle la cara al gobernador. ¡Qué tiempos!

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