Josefina ¿”hija desobediente”?
José Enrique Olivera Arce | Tiempo de Veracruz | febrero 3, 2012 at 7:20 PMEste domingo Felipe Calderón mostrará su carta mayor rumbo a la elección presidencial de julio próximo. La designación por el panismo de quien será el abanderado que compita contra Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, será determinante para conocer hasta donde está dispuesto el inquilino de Los Pinos a sostener y apoyar a Ernesto Cordero como su delfín ó, en su defecto, a dejarse torcer el dedo aceptando que por encima de su voluntad, Josefina Vázquez Mota está en la cúspide de las preferencias de la militancia blanquiazul.
Esto bajo el supuesto de que efectivamente Cordero sea su preferido y que la Sra. que le pidiera a Dios hacerle viuda, simplemente repite la historia del “hijo desobediente” que contra los deseos de Vicente Fox, ganara en el 2006 la candidatura presidencial. De ser así, en su afán de no permitir ser contradicho, Calderón, que de ninguna manera es un ranchero con botas cualesquiera, impondría a raja tabla al delfín del régimen.
Si simplemente jugó petate a lo largo de los meses dando a entender que se inclinaba a favor del ex secretario de hacienda, cuando su carta fuerte era Josefina, o tenía contemplada a la señora como la opción B, las cosas son diferentes. Vazquez Mota a partir del domingo será candidato de unidad con todo el apoyo de la casa presidencial y, por ende, de la disposición consensuada de todos los panistas.
Dos opciones que no podrían ser ignoradas, conociendo de la capacidad de Calderón como operador político de primer nivel, pero también de su obcecación visceral por imponer su santa voluntad contra viento y marea.
Si Calderón atiende a la razón que arrojan los números, la definición del domingo será limpia y tersa, al estilo panista. Con el consenso unánime Josefina Vázquez Mota .será un hueso duro de roer para sus oponentes. Respaldo político así como recursos materiales y financieros sin límite, le garantizarán competividad y un papel digno y sobresaliente en la contienda.
Caso contrario, si las vísceras se anteponen a la lógica aritmética de la política electoral y la casa presidencial impone al delfín, el pronóstico no puede ser otro que la ruptura y polarización del PAN, más que se finja lo contrario. A estas alturas la división y polarización en la correlación de fuerzas al interior del partido de la derecha, no permite pensar otra cosa. El partido de Calderón Hinojosa se enfrentaría desde ya a una derrota anunciada, con el riesgo de que, una vez más la reacción visceral del presidente del desastre, le llevara a crear las condiciones necesarias para declarar como “fallida” a la elección de julio.
Estaría por verse hasta donde en la recta final de su mandato, Felipe Calderón cuenta con la fuerza necesaria para cumplir su promesa de impedir que el PRI recupere Los Pinos.
En el marco de un régimen político en crisis, venidos a menos los partidos políticos y lo que está en juego para México, lo deseable es no caer en extremos catastrofistas. De ahí que esperemos que prive la razón de Estado por sobre al autoritarismo visceral, y sea Josefina Vazquez Mota la abanderada panista en la justa presidencial como opción B y no como la “hija desobediente”. Eso asegurará una competencia reñida en un clima de paz social, enfrentándose tres fuerzas políticas en las que dadas las circunstancias, cualquiera podría levantarse con el triunfo.
Incluida ya la ex secretaria de educación en el gobierno foxista como candidata, de los tres abanderados ninguno tiene asegurado de antemano el arribo a Los Pinos. Cada uno contaría a lo largo de la campaña con suficiente bagaje positivo y negativo para inclinar la balanza a su favor o salir derrotado en el momento decisivo. Las encuestas como herramienta promocional quedarían en eso, simple propaganda electoral. Lo definitivo se expresará en las urnas el primer domingo de julio. Esperemos que llegado este momento México esté en paz y a salvo.
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