Las incongruencias del poder
Evaristo Morales Huertas | Tiempo de Veracruz | abril 20, 2012 at 8:57 PMVeracruz en la Mira
Por: Evaristo Morales Huertas.
Si los miembros de las familias reales, como el caso del Rey Juan Carlos I de España, recurren a lo que consideran un deporte peligroso, como es “matar elefantes” con rifles de alto poder y mira telescópica; y esta actividad la realizan de manera subrepticia, es decir a espaldas de la opinión pública, ¿que no harán los dictadores y gobernantes que se dicen demócratas, sin que los ciudadanos se enteren?.
A estos caprichos, a estos gustos, simplemente les llaman “extravagancias del poder”, sin embargo, su verdadero nombre debía ser “crímenes del poder” porque en primer lugar, se realizan con dinero del pueblo y en segundo lugar, ese dinero se utiliza para actividades ilegales, inhumanas y depredadoras.
La repulsa contra el Rey de España, no solamente es del pueblo español, sino mundial, porque en pleno siglo XXI, cuando muchas de las especies animales están en peligro de extinción, como es el caso de los elefantes, este desalmado “sujeto real” al amparo de una arma mortífera y ante un animal indefenso, accionó el gatillo que lo privó de la vida.
Seguramente este Rey “colonialista”, sigue soñando al igual que su ancestro el extinto dictador Francisco Franco, que los territorios africanos deben seguir siendo feudos de las naciones europeas, donde puedan satisfacer sus excesos de poder.
Ello le daría justificación a las guerras fratricidas en que todavía se encuentran inmersas muchas naciones del continente negro, las cuales son auspiciadas desde Europa por gobernantes como él, sofisticado armamento, el cual es proporcionado según la incondicionalidad de quienes pretenden gobernar esos pueblos.
Ahora los súbditos españoles, se encuentran alarmados con su nobleza y despotrican de ella, cuando no han tenido los arreos suficientes para acabar con los últimos vestigios de la dictadura franquista; pero más les preocupa el dinero que en estas “francachelas” se gasta su Rey, en momentos de una gran crisis económica, que el exterminio de elefantes producto de la irresponsabilidad.
Si no hubiese sucedido la caída que llevó al hospital al depredador de la casa real española, ni se hubiesen enterado los españoles, ni menos la opinión pública mundial porque precisamente estos son los secretos celosamente guardados por quienes abusan del poder.
El Rey Juan Carlos I, no es la excepción, es el común denominador de reyes, presidentes y dictadores del mundo, desarrollado y subdesarrollado; no por algo el dictador Idi Amin de Uganda, en entrevista que concedió, confesó ser adicto a la carne humana, ser caníbal; de la misma manera los gobernantes de Norte América, han sido adictos a las guerras de conquista en aras de combatir el comunismo y el terrorismo.
En México el presidente Felipe Calderón Hinojosa, llegado al poder a través del Partido Acción Nacional, después de una elección fraudulenta en donde se despojó del triunfo a la llamada izquierda mexicana, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, “perdió el piso” desde el inicio de la administración y se refugió en la elite militar para desde ahí tratar de controlar un país que prácticamente se le desmoronó en las manos.
El haberse cobijado bajo la férula del poder militar, le hizo creer “un gran capitán” y comenzó por fabricar enemigos en contra de los cuales luchar, que le dieran justificación a sus apetitos belicistas para sacar al ejército de sus cuarteles; así nació la guerra santa contra los cárteles de la droga y la delincuencia organizada, que en la actualidad ha desplazado a doscientos sesenta mil mexicanos de sus lugares de trabajo y ha provocado la muerte de más de cincuenta mil civiles.
Las incongruencias de este singular gobernante, ahora tienen postrado a México ante las mafias de la droga, que lejos de desalentarse de sus actividades ilícitas, la guerra que se les declaró, significó un reto que tanto dolor ha dejado a lo largo y ancho de la república, habiendo resultado en vano las sugerencias a nivel nacional e internacional que se le hicieron para cambiar la estrategia de lucha; la bestia ya estaba sedienta de sangre y no se detuvo.-HASTA DENTRO DE OCHO DIAS, SI EL QUE MANDA NO DISPONE OTRA COSA.
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Abril 21 del 2012.