¡Hace más de una hora que deje de tocarlo! - Por: El filósofo de Güémez

Ramón Durón Ruiz | | abril 28, 2013 at 6:05 PM

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

¡HACE MÁS DE UNA HORA QUE DEJE DE TOCARLO!

Por Ramón Durón Ruiz

Oscar Wilde afirmaba: “En el arte como en el amor, la ternura es lo que da la fuerza”. Transcribo un fragmento del poema de Zenaida Bacardi de Argamasilla, que con la sabiduría que toda mujer posee, dice en el libro Ramilletes de estrellas.
“No es ternura el oleaje que se desborda… sino el beso del cielo con el mar.
No es ternura lo grandioso… sino la delicadeza, la insignificancia, el detalle.
No es ternura el sol que calcina… sino la luna que embruja.
No es ternura el fuego que abraza… sino el leño que se consume.
No es ternura lo que sobresale y resalta…. sino el escondite…. el beso…. la insinuación…. la luz y la rosa.
La ternura parece por momentos olvidada y tendríamos que revivirla pues es lo que logra que nuestros días, nuestra vida pasen de ser un mero transitar a ser inolvidables…
En los niños vemos la ternura A todos los días…. Nos cautivan con sus expresiones sinceras, con la caricia que llega a nosotros sin tener que hacer ningún reclamo.
Hemos crecido, somos adultos dejamos muchas cosas olvidadas o de tanto golpearnos quedaron en nuestro interior adormecidas, paralizadas, congeladas… Intentemos revivirlas
La ternura no está en lo grande, ni en lo brillante, ni en lo que se destaca, está en lo chiquito, en lo sencillo, en esas pequeñas cosas de todos los días…
La ternura es eso que…. vitaliza al viejo…. desarma al hombre…. ¡y duerme al niño!”1
Para el viejo Filósofo, un niño es un compendio amoroso de ternura y con ella de alegría, de felicidad, es un ser mágico que goza minuto a minuto la vida, se da el permiso de vivir en el aquí y el ahora.
Un niño tiene la alquímica capacidad para perdonar los agravios, es inmensamente feliz con lo que es y con lo que tiene, abraza con cualquier motivo y sin ningún pretexto, –su poderosa alma sabe que abrazar ahuyenta la soledad y aquieta los miedos–, tiene una sorprendente facilidad para relacionarse y hacer amigos.
Los niños tienen una excepcional capacidad de auto sanación, porque sus sistemas inmunológico, tegumentario, nervioso central, muscular, respiratorio, óseo, linfático, endócrino, están en equilibrio, porque con su conducta llena su espacio vital de los químicos de la felicidad, que favorecen los micro reparadores que elevan su autoestima, le generan un entusiasmo sin par y optimizan satisfactoriamente su nivel de vida.
Un niño respira con su centro energético de poder: el abdomen; llena su día con la luz de su sonrisa, sonríe hasta 500 veces al día, sonreír le produce bienestar físico, mental y espiritual, que nos recuerda que ellos son una expresión sagrada de lo divino.
Hay un niño que está en espera de que le des ternura, que lo mimes y lo acaricies, ¡Tu niño interior!, ese que es un renuevo de esperanza que cree en la fuerza incondicional de tu amor. Hoy ama al niño que llevas dentro, hazlo crecer con mimos y cariños, te sorprenderá el brillo que llegará a tus ojos, a tu alma, a tu existencia, te maravillarás con los resultados, descubrirás la magia de la vida con todo el potencial que vibra dentro de tu ser.
Todos tenemos un niño interior, es nuestro fiel compañero, detrás de una personalidad de adulto anida su brillo y alegría, cuando eres capaz de reconocerlo y amarlo, se renueva tu energía.
Tu niño interior confía en la vida, se da permiso de amar a plenitud, sonríe, goza de una alegría permanente, rechaza la violencia, vive el milagro del hoy intensamente, olvida los rencores, ama más, odia menos, es un ser maravilloso, incansable, evita la lógica, vibra con lo más profundo de sus sentimientos, es seguro de sí mismo. Tu niño interior se da permiso de errar para crecer, entiende cada minuto de la vida como un privilegio para vivir, va diariamente al encuentro con su felicidad, para él no hay límites, todo lo que hace lo llena de su pasión, de su energía vital, por la noche encuentra un sueño reparador porque vivió su día, no con términos medios, sino a plenitud y porque goza de una conciencia tranquila.
Cuando seas capaz de atraer a tu vida el amor y el poder, de ese niño interior que habita en lo más profundo de tu alma, habrá una conexión impresionante entre tu mente, cuerpo y espíritu que te alineará con el universo, haciéndote proveedor de los cientos de bendiciones que la vida tiene para ti.
A propósito entra la mamá y le dice al niño filósofo:
—Por favor hijo, deja de tocar ese tambor… que me estoy quedando sorda
—¡Uy mamá…! ¡Hace más de una hora que deje de tocarlo!
1. http://www.nuestraedad.com.mx/ternura.htm
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