Y si yo fuera migrantes o una persona refugiada….?
Marco Antonio Figueroa Quinto | Tiempo de Veracruz | mayo 5, 2013 at 2:18 PM¿Y SI YO FUERA UN MIGRANTE O UNA PERSONA REFUGIADA. . .?
Por: Marco Antonio Figueroa Quinto
* Se anuncia que ahora sí, se protegerán a migrantes que transitan en nuestro territorio *Y a los culpables de tantas y tantas desventuras para migrantes ¿Habrá castigos u olvido?
Hace unos ayeres todavía como docente de la telesecundaria Vespertina Federal “Ma. Del Carmén Serdán Alatriste”con clave 30DTV1879B de la Col. Carolino Anaya de esta ciudad capital; participé en uno de los muchos programas que la Secretaría de Educación Pública implementaba para todos los alumnos de la República Mexicana, respecto al tema “¿Y si fuera una persona Refugiada?”, quizá pensando (las autoridades) en desagraviar a nuestros congéneres que constantemente han sido molestados en nuestro territorio, inclusive muchos de ellos han sido considerados delincuentes, masacrados; imitando torpemente a los “primos del norte” que eliminan a los indocumentados que ingresan a su territorio, que se hizo evidente hace unos días con la situación que sufrieron migrantes sureños en el municipio de Cosoleacaque, donde a bordo del ferrocarril del sureste (La Bestia) fueron violentados en sus derechos humanos. Al respecto abordamos tal cuestión de manera seria y responsable, donde enseñamos a los jóvenes bajo nuestra responsabilidad a ponerse en el lugar de quienes tienen la necesidad de emigrar hacia otros lugares en busca de lo que se nos niega en nuestro país, como sucede cotidianamente con los pobladores de estas colonias marginadas de nuestro país, donde solo hay pobreza, hambre, violencia, explotación, pandillerismo y olvido. Así englobando estos trabajos, podemos decir que respondieron con singulares perspectivas, que manifestaban no solo sus ideas, sino el sentir de muchos mexicanos que por este medio se identificaban, quizá en esta manifestación, se conjuntaban muchas cuestiones, que reflejaban llanto, dolor, angustia, esperanza y entusiasmo; esto último era lo menos. Así que comparto los pensamientos de unos jóvenes que cursan actualmente el tercer grado de una telesecundaria de zonas marginadas, que abundan en nuestro país. “Para ir al otro lado de la frontera no hay que llevar muchas provisiones, sólo unas cuantas piezas de pan, unos cuantos litros de agua potable, unos cuantos de esto, unos cuantos de lo otro; en fin, no llevar la gran cosa (al fin que tampoco tenemos mucho que llevar), total son instantes para llegar, no toda una vida de infierno en nuestro país. Pero, y ¿cuánto vale un instante? nos preguntábamos antes de salir de casa, donde había pobreza, llanto, y escases de todo, y eso era lo que nos impulsaba a emprender este viaje. Pueden ser un par de días, tres semanas, once meses no, pero si sólo traemos unas cuantas provisiones, entonces el instante tenía que durar sólo unos cuantos días, quizá horas. Así transcurrieron noches, de divagación, pensamientos de todo tipo, alucinaciones y temores ¡En verdad que teníamos miedo a lo desconocido! A cada segundo se nos ocurrían otras cosas; la brújula, así sabría a dónde dirigirnos; el libro, para entretenernos ¿libro, para qué? Una reata, para ayudarnos cuando la corriente nos jalara; ya que nos habían dicho que tendríamos que cruzar un gran río, y del otro lado estaba lo que buscábamos, jabón, para lavarnos un poco, ya que cuando nos presentásemos con alguien, lo deberíamos hacer limpios, como siempre lo hemos sido. Por qué no pensamos antes en esto, nos preguntábamos. Las respuestas eran sencillas. Por la prisa, por la emoción, por el miedo, por lo que sea. Por qué no llevar el útil termómetro, así lograría saber si andamos con fiebre o si el cerebro nos estaba jugando una muy mala pasada. Pensar tanto no era lo nuestro, nunca habíamos tenido motivos suficientes para pensar. Nunca tuvimos que pensar. Nunca se nos fue concedido el permiso para pensar en salir fuera de nuestro terruño. Ahora ya estábamos fuera de casa, sin el calor de nuestra madre, el consejo de papá y los regaños de los abuelos, así se empieza a extrañar todo lo que vivimos durante 16, 17 o 18 años de miserable existencia. El viaje fue bien arreglado; si no con tiempo, sí con ganas y dinero también planos, calles y mapas de la ciudad trazados para evitar retenes y perros guardianes. La maletita de viaje lista con unas cuantas provisiones de unas cuantas cosas. Casi todo bien solucionado excepto una cosa, no sabíamos si la más importante o la de más valor en ese momento, no lo sabíamos, no había pensado qué hacer al llegar a aquel otro lugar ¿dónde dormiríamos? ¿Cómo dormiríamos? y las mismas cuestiones hechas para el verbo comer, y también para el verbo vivir. ¿Cómo viviríamos? Pero, por qué pensar en el futuro si había que pensar en el presente. Ya después podríamos soñar con la nueva vida, los nuevos recursos, la nueva cama, la nueva compañía, las nuevas costumbres, la nueva comida, la nueva cultura, el nuevo idioma –porque en aquel lugar hablaban un idioma distinto al nuestro, ¿o no? Dormir en medio del desierto, de alguna autopista o el mar no eran opciones ventajosas, Queríamos correr, gritar o abrazar a alguien. Queríamos ser parte de un algo, lo que fuera. En la vida, las circunstancias no siempre son las más favorables. y El futuro no lo íbamos a encontrar así, como nos lo habían contado. No. hoy íbamos a perseguir nuevos sueños, otra vida, futuro y alcances. Nosotros y sólo nosotros íbamos a encontrar la mejor manera de sobrevivir y de salir adelante. Los sueños de un hombre sólo pueden ser arrebatados y destruidos por ese mismo hombre, y todos como uno solo no pensábamos renunciar a ello. Y del viaje ya pasado –y de la vida pasada– no quedará nada ¡Seremos otros, más fuerte y mejores seres humanos! mientras atravesamos furtivamente las casa de la colonia donde vivimos. Del viaje que ya emprendimos mucho se puede creer, pero más se debe vivir y disfrutar. Nuestro porvenir está en nuestras manos. Pero tenemos que vencer un sinfín de obstáculos, principalmente la costumbre y conformismo, pues ello nos impide hacer este viaje, total, en cualquier parte hay gente positiva y valiosa, y nosotros seremos una de ellas, no importando que fuésemos migrantes; esperando que nuestros objetivos no sean limitados por gente criminal, enquistadas en el crimen organizado o las dependencias oficiales de gobierno, vías sus policías. ¡Újule, esto está cañón! ¡Claro que todo esto es un caos! ¡Estamos! [email protected]